El Laboratorio Homeopático

EL LABORATORIO HOMEOPÁTICO:

No todas las farmacias preparan productos con la técnica homeopática, así como tampoco no todas las farmacias preparan recetas de otros tipos de medicamentos y sólo se dedican a expender aquellos medicamentos elaborados por la industria. Las farmacias que se dedican a la preparación de recetas homeopáticas (en la ciudad de Buenos Aires), tuvieron su primer encuadre legal con el antiguo decreto del Poder Ejecutivo de la Nación Nro. 3472/11/48 (Normas reglamentarias para farmacias homeopáticas argentinas) el cual le dió marco legal a producto elaborado con la técnica homeopática en la República Argentina; según ese dereto las Farmacias productoras deberían tener:

a) Un local especial para laboratorio, anexo a la farmacia, aislado por completo del otro laboratorio de preparaciones magistrales y demás dependencias de ésta, de por lo menos dos metros en cada uno de sus lados, convenientemente iluminado, con piso de mosaicos, una mesa cubierta de mármol de 55 x 150 cm. y una pileta con agua corriente, revestida de azulejos. Las condiciones que debe reunir el laboratorio homeopático serán: 1) dependencias exclusivas, 2) bien seco, 3) bien ventilado, 4) temperatura uniforme, 5) bien iluminado.

Dependencias exclusivas: el laboratorio homeopático debe estar aislado de otras dependencias porque el ambiente común de la farmacia con su laboratorio alopático es impropio a la homeopatía; los vapores o emanaciones tan frecuentes de alcanfor, naftalina, éter, acetona, iodo, cloroformo, trementina, etc. mantienen una atmósfera contaminada impropia a las dinamizaciones homeopáticas que pueden alterar así sus propiedades terapéuticas.

Bien seco: es indispensable porque la humedad es atentatoria a la estabilidad de trituraciones, tabletas y glóbulos.

Bien ventilado: esto impedirá que los vapores lógicos que se desprenden de las dinamizaciones que se usan o tienen en stock, se estanquen en un ambiente no renovado y lo contaminen; la atmósfera será pura, exenta de vapores medicinales, olores fuertes, humo de tabaco, excesivo polvo atmosférico, siendo conveniente que el laboratorio sea lo más interno posible por los gases de combustión de los automóviles que circulan por la calle.

Temperatura uniforme: ni muy superior, ni muy inferior a la atmosférica, tanto para que no haya excesivas evaporaciones medicamentosas como para que la renovación de los gases del ambiente sea normal.

Bien iluminado: no es necesario hacer resaltar las necesidades de una buena iluminación para trabajar cómodamente pero sí que el Laboratorio
debe ser suficientemente claro, siendo necesario que no penetren los rayos solares directos, los que alteran e inactivan muchos medicamentos, unos por efectos caloríferos, otros por acción química  (rayos infrarrojos y ultravioletas).

b) Un ejemplar de cada una de las farmacopeas utilizadas para el despacho de prescripciones homeopáticas. Las farmacopeas son libros oficiales que contienen las preparaciones que puede expender el farmacéutico, cuya misión principal es suministrar los medicamentos tan puros y perfectos como sea posible. Las reglas y principios de preparación y conservación de los medicamentos están contenidas en las farmacopeas. El medicamento homeopático debe ser preparado siempre idénticamente al que se usó para la experiencia patogénica, vale decir, que sólo puede haber una forma de preparación, a pesar de lo cual, no todas las farmacopeas establecen reglas exactamente iguales para las preparaciones.

Las principales farmacopeas son: la alemana de Wilman Schawabe, la de los Estados Unidos, la Francesa, la Inglesa y la Holandesa. Estas farmacopeas contienen habitualmente: 1) Generalidades con descripción de utensilios de trabajo, vehículos, trabajos preliminares y reglas generales de preparación de los medicamentos. 2) Parte especial donde en orden alfabético se encuentra cada droga con nomenclatura, descripción, forma de obtención de la tintura y sus dinamizaciones, reacciones de identificación, etc.