La ALOPATIA (Medicina Oficial, “Allos” significa en Griego “diferente de” y “Pathos” significa “enfermedad”) es el enfoque terapéutico por los opuestos. Desde este punto de vista una enfermedad es considerada como algo anómalo, hostil, un enemigo, una circunstancia molesta que hay que combatir con una visión casi militarista, plagado de términos como: anti… o inhibidor de… (Antiácidos, Antihistamínicos, anticolinérgicos, antiespasmódicos, inhibidor de la prolactina, inhibidor de la . . . . . . , etc., etc.). Se utilizan palabras como “arsenal terapéutico”, “combatir la enfermedad” etc. Según esta concepción, los síntomas no tienen sentido de existir, no deberían existir, son un error. (los tengo que eliminar, no los entiendo, me molestan ==> los elimino). Esto constituye una linea de pensamiento pobre y primitiva.
Como para la Alopatía los síntomas son, (por lo general) las situaciones molestas que hay que suprimir, por ejemplo para el caso de un espasmo estomacal se utilizarían medicamentos antiespasmódicos (que han sido estudiados en estómagos aislados de animales, suponiendo que el órgano aislado se comporta del mismo modo que se comportaría en la totalidad del ser vivo).
Por consiguiente: La Homeopatía parte del hecho de que:
el síntoma es la manera natural
que tiene el organismo para defenderse y/o adaptarse
Cuando una persona es afectada por ejemplo por el clima, responde a esa agresión poniendo en marcha mecanismos de adaptación. Lo mismo ocurre ante una invasión microbiana por ejemplo y si se responde en forma inmunológicamente correcta, conservamos o recuperamos rápidamente la salud. Si la respuesta elaborada es correcta y eficaz, se conserva y recupera la salud (equilibrio vital) y si la respuesta es incorrecta o ineficaz, se pierde este equilibrio vital y se llega a la muerte o a un equilibrio deficitario, con síntomas insuficientes para lograr el equilibrio vital y que podremos llamar “enfermedad crónica”.
De esto se puede desprender que, la forma natural con que se defiende el organismo (síntomas) en la mayoría de los casos no debería ser suprimida sino que es necesario considerar la posibilidad de ser estimulada con medicamentos que provoquen el mismo conjunto sintomático en la persona sana, pero utilizados en microdosis (dinamizados); produciendo, no la supresión del síntoma, sino actuando en la misma dirección en la forma que sabia y naturalmente se defiende el organismo.
Repetimos entonces que: si la enfermedad se manifiesta por los síntomas, producto del desequilibrio de la fuerza vital, la función del síntoma es recuperar el equilibrio vital. Cuando el síntoma no tenga suficiente fuerza para recuperar el equilibrio vital, se produce, entonces, lo que conocemos como “enfermedad crónica”.
Por consiguiente, se pueden tomar dos caminos totalmente diferentes:
- ir en contra del mecanismo natural de defensa,suprimiendo el síntoma,simulando un estado de salud;(medicina química actual, algunas veces necesaria). La consecuencia de esto, será que el intento de lograr un nuevo equilibriose manifieste más tarde en otro lugar.
- estimular y ayudar al conjunto sintomático en el mismo sentido,para que termine su proceso natural lograr un nuevo equilibrio vital Natural.(Homeopatía, necesaria en la mayoría de los casos).
Si el Médico está formado en ambos sistemas o por lo menos tiene conocimiento de los alcances y limitaciones de cada sistema, puede elegir entonces el tratamiento más apropiado, siendo un profesional completo. En homeopatía ya no se trata de creer o no creer, sino, de tener conocimiento o no tener conocimiento sobre el tema.